Cualquier vista de ”El Barranco La Hoz” desde el núcleo urbano de Albalate (se recomiendan las panorámicas desde las lastras de San José o desde el Calvario) nos recuerda –por la magnificencia del paisaje- a la imagen típica que tenemos del Gran Cañón del Colorado. En realidad, las diferencias entre el uno y el otro son principalmente sus dimensiones (el turolense es una escala prácticamente perfecta 1:100 del estadounidense: 4,5 kms. de longitud, 10-300 ms. de anchura, 15 ms. de profundidad media), y el hecho de que el río -en nuestro caso- se haya quedado en “barranco seco”. En cartografías de hace apenas 100 años, se mencionaban hasta 7 manantiales naturales que alimentarían el curso fluvial que horadó el barranco en sí. De ellos, sólo dos manan permanentemente en nuestros días: La Fuente del Zarzal y la Fuente de Lecera. Por lo demás, todo son similitudes.
Los asentamientos humanos en el Barranco de La Hoz se remontan al menos a la Edad de Cobre (2000-1500 A.C.). Algunas de las “parideras” abandonadas que todavía podemos ver hoy en día a ambos lados del barranco, aprovechan como techado abrigos rocosos que ya fueron habitados en época neolítica, y posteriormente en época íbera.
En el primer tramo del barranco –a unos 500 metros de haber tomado la senda principal-, justo cuando éste empieza a estrecharse, nos encontramos la fuente del Zarzal a la izquierda del camino, y a la derecha una formación rocosa al fondo de un olivar. Dicha formación –tótem íbero para unos, efecto de la erosión para otros- se conoce en Albalate como La Caraza, y en sus inmediaciones es relativamente fácil toparnos con ejemplares de especies tan huidizas como la cabra hispánica o el buitre leonado.
ACCESIBILIDAD: BTT: Pese a que se puede recorrer perfectamente en coche, el medio más adecuado para una excursión completa por el Barranco de La Hoz, tal vez sea la bicicleta de montaña, ya que permite la posibilidad de hacer un circuito en lugar de volver a bajar por donde hemos subido –que sería el caso de una excursión a pie-.
Para acceder desde Albalate, hay que tomar la carretera vieja hacia Ariño –por el cementerio-, y una vez que ésta se incorpora a la nueva variante, a apenas 30 o 40 metros sale a la izquierda otro tramo asfaltado que conduce a los mases y chalets de San Antonio. Hay un momento en que solo podemos seguir a la derecha por asfalto –regresando a la variante- o girar a la izquierda por camino. Tomamos este camino, y apenas a unos metros sale a la derecha la senda que sube barranco arriba, dirección NW-SE. Una vez en esta senda ya no hay pérdida, pues el propio cañón la va encerrando cada vez más, sin posibilidad de desviarse a ninguna otra.